domingo, 30 de junio de 2019

TRUMP, LOCO O GRAN NEGOCIADOR

F. Javier Blasco Robledo, Coronel (r)
27de junio 2019

Mucho se ha hablado y escrito sobre Donald Trump, el imprevisible presidente de EEUU que parece disfrutar con llevar las cosas a situaciones límite como si de un endurecido jugador de póker o un empresario de riesgo se tratara, sin tener en cuenta que es lo que cuelga a sus espaldas, las grandes responsabilidades, obligaciones, modos y maneras que debe observar y tener presente antes de abrir la boca y mucho más, si lo pretendido es, cómo suele ser habitual en él, amenazar a alguien.
La mayoría piensa que el presidente, de la todavía nación más poderosa del mundo, debería ser bastante más comedido en sus apreciaciones, gestos, palabras, amenazas y aseveraciones. Sobre todo, los que dan por descontado que debería tener bien claro que cuando habla, puede cambiar el ritmo y el futuro de la economía, la paz y la seguridad mundial y, que son muchos los millones de personas, cuyas vidas, dependen de él, de sus discursos, ideas y fundamentalmente, de sus actuaciones.
Bien es cierto, que el mundo ha cambiado y sigue cambiando casi a diario y que el ritmo, intensidad  y velocidad de dichos cambios es cada vez mayor y más vertiginoso debido a factores varios como: la transversalidad y la globalización; la automatización, digitalización y la robótica; los avances de la ciencia en todos los campos, la investigación y el desarrollo de nuevas armas y tecnologías no necesariamente tripuladas o manejadas in situ por el hombre; la capacidad de penetración de las actuaciones cibernéticas; una menor dependencia mutua; la búsqueda y explotación de nuevos recursos energéticos; la influencia de los cambios climáticos; el resurgir de nuevos y potentes actores en la arena internacional; la recuperación o aparición en fuerza de despiadados terrorismos, implacables populismos e insanos y exclusivos extremismos con o sin derivaciones nacionalistas; los movimientos migratorios masivos por necesidad en busca de trabajo, seguridad o simplemente el agua; la lucha por el dominio o en busca del liderazgo político o económico zonal o global y el poder de las redes y los medios de comunicación sobre la información y la creación de forzados estados de opinión, hacen que las cosas sean muy diferentes de un día para otro, y sobre todo, cuando se da la concurrencia de uno o varios de los enunciadas factores.
El vertiginoso mundo de los cambios en los medios y procedimientos por influencia de las nuevas tecnologías en una industria cada vez más robotizada y combativa, los giros en el uso de los medios y en la aplicación de las herramientas diplomáticas o  en el empleo de fuerzas militares y paramilitares, empujan a las relaciones hacia situaciones desconocidas y muy cambiantes, que pueden llevar a forzar las mencionadas luchas por el liderazgo –madre de todos los males-  o a fuertes y graves situaciones de crisis en el ámbito de las relaciones políticas, económicas, humanitarias, bélicas o prebélicas, totalmente insospechadas años atrás.     
Los grandes y graves antecedentes referidos, llevan a exigir que el poder y la capacidad de decisión de mayor nivel debieran estar sólo en manos de personas bien formadas, sensatas y sensibles, pero de fuertes convicciones, y alejadas de cambios bruscos, ñoñerías, caprichos personales y nefastas influencias de impávidos asesores, totalmente interesados en influir en los que, finalmente, pulsan o no el botón que puede arrastrar el mundo a su destrucción.
Mucho se habla, incluso con pleno convencimiento, de la creciente influencia y necesidad de la inteligencia artificial en los procesos para la toma de decisiones y máxime en situaciones difíciles o extremas. Pero, aquellos que ya peinamos canas en el estudio, enseñanza y aplicación de dichos procedimientos, sabemos y seguimos compartiendo que la mente humana despejada (sin ofuscación), bien formada y mejor dotada por la experiencia y el conocimiento en situaciones similares sea quizá más importante y fundamental para dirigir tales procesos y para poder llegar finalmente, con mayores garantías de éxito, a decidirse por la mejor y a veces la única  elección viable.
Son de sobra conocidas las demasiadas situaciones límites fomentadas, alimentadas y logradas por el susodicho Trump en tan solo dos años; sus actuaciones son muchas y variopintas y ninguna de ellas escapa a la atención o no genera gran expectativa mundial. En realidad, en lo que lleva de su presente mandato, no ha dejado muchos palos sin tocar tanto interna –en asuntos vitales para la economía, la influencia nacional en el cambio climático, la seguridad y la sanidad de su país- como externamente.
Así; en este último campo, no ha dudado en abandonar Tratados, Convenios y Acuerdos de todo tipo: comercial; sobre derechos humanos; cambio climático global; armamento convencional o misiles; libertad de movimiento de personas, capitales y bienes de consumo; en hacer temblar los cimientos y “acomodos de sus aliados“ en Organizaciones Internacionales legendarias como la ONU o la OTAN; en materia de inmigración; en promover acuerdos y desacuerdos con sus principales oponentes a nivel político, militar o comercial –Rusia, China, el norte y el sur en el Continente americano, la UE, Corea del Norte e Irán- y ha llevado al mundo a tensiones cercanas al conflicto nuclear por la producción, tenencia o la amenaza del uso de las Armas de Destrucción Masiva y de sus medios de lanzamiento o transporte con Corea del Norte, Rusia e Irán.
Las razones para ello son tan básicas como fundamentales; bajo su lema e idea primaria de “America first” o “Make great America again”, Trump viene a decir al mundo que los norteamericanos están cansados de ser los cuasi únicos paganos de las copas en las grandes fiestas y costosos fastos del mundo; de estar involucrados de hoz y coz en todos los conflictos, incluso en aquellos donde no son bienvenidos, poniendo siempre sobre la mesa de operaciones millones de dólares en materiales y miles de muertos propios, mientras los demás simplemente les acompañan o les dejan en la cuneta cuando las cosas vienen mal dadas o puede haber peligro (España dos veces), y al final EEUU, en muchos casos, saca poco o ningún provecho económico que le compense tamaño esfuerzo. 


Debido a los cambios en el Ambiente y en las necesidades propias y ajenas, los puntos o zonas de interés no permanecen inalterables en el tiempo para nadie y menos para las grandes potencias; las variaciones en las urgencias y necesidades o en las condiciones de viabilidad de anteriores zonas consideradas como importantes o vitales pueden suponer que dejen de interesar o, incluso, no merezca la pena seguir invirtiendo grandes esfuerzos en ellas para mantenerlas y puede que sea mejor abandonarlas. El ejemplo más  patente sobre esto es el que resulta de la anterior  prioritaria necesidad norteamericana de petróleo procedente de Oriente Medio, que hoy ya no es ninguna necesidad para ellos por haberlo suplido con nuevos descubrimientos o mejores medios propios de explotación e incluso, debido a las posibilidades que ofrece el Fracking.
La aparición de nuevos focos de interés en zonas no contempladas anteriormente por sus, hasta entonces, desconocidos grandes recursos, ubicación geoestratégica  o porque se hayan convertido en el punto de máxima atención, conquista o motivo de una expansión peligrosa por parte de contrincantes internacionales, son también causas que obligan a derivar esfuerzos de entre aquellos que se encuentran desplegados en aquellas zonas que vayan perdiendo importancia o, por el contrario, se deben crear otros nuevos para atender dichas exigencias o cubrir nuevas tecnologías.
Tres son los ejemplos de esto para EEUU en la actualidad. A la creciente situación de tensión en la amplia zona comercial de Asia-Pacífico debido a la expansión y control económico y militar de China sobre ella con sus incesantes despliegues y grandes mejoras en su capacidad de proyección naval y aérea -que inquietan a los vecinos locales, incluido a la India-; hay que añadir el interés de Rusia y China en tomar posesión o ampliar la parte del pastel que geográficamente le corresponde en las aguas y los ricos fondos del Ártico ante la inminente práctica navegabilidad de sus aguas durante todo el año, debido a los cambios climáticos y, por último, la ventajosa participación en la carrera desenfrenada por dominar las tácticas, técnicas y procedimientos y la creación y el empleo eficiente de las conocidas como Fuerzas Aeroespaciales –vitales para el control militar mundial en un inmediato futuro- en las que compiten los tres mismos actores. Cambios, todos ellos, que les obliga imperiosamente a modificar las estrategias o a cambios de imagen de país.
Para cubrir estas necesidades Trump, como avezado hombre de negocios, que ha arriesgado muchas veces su capital y prestigio, sabe perfectamente bien que para optar a obtener el éxito en las grandes empresas se debe: ahorrar  o suprimir esfuerzos superfluos; mejorar la operatividad de sus materiales; gastar lo menos posible en cosas no prioritarias; abandonar zonas e inversiones que no le son rentables; crear fuertes dependencias externas en venta de armamentos que, mantengan al día y mejoren las capacidades de su industria del ramo para cuando la precise; evitar crear enfrentamientos graves con los que le pueden hacer verdadera sombra, como Xi Jimping o Putin; poner a los perezosos aliados de los costosos clubs a los que pertenece a gastar y a trabajar más en su propia defensa y, no enzarzarse en grandes y eternos conflictos con enemigos muy correosos por ser estos demasiado costosos, poco rentables y porque generalmente, necesitan implicar muchos medios y materiales de todo tipo.
Prueba de ello, ha sido que desde su toma de posesión en el cargo ha fomentado: no actuar en fuerza contra las demostraciones de Putin en las fronteras con Europa ni en el conflicto en Venezuela; amaga, adopta y repliega constantemente en el tema de los aranceles con China, no se ha implicado en grandes y prolongados despliegues en Irak ni Siria en la lucha contra el ISIS; evitó in extremis un largo y duro enfrentamiento en la Península de Corea con potenciales grandes bajas entre sus aliados más directos de la zona y sus crecientes y manifiestas ganas de abandonar cuanto antes Afganistán donde llevan desplegados, con inmensos costes, desde los atentados del 11-S (2001).     
Las lecciones aprendidas de implicaciones militares en conflictos contra enemigos asimétricos (Afganistán, Libia o el ISIS) y en operaciones calificadas como de la “zona gris”, en las que confluyen acciones militares, paramilitares, políticas, cibernéticas, tecnológicas y terroristas recientes como las actuaciones en Siria, Libia e Irak, han venido a demostrar que las “guerras relámpago” tan soñadas y defendidas por Rommel y Hitler, ya no existen; las campañas en estas situaciones se prolongan en el tiempo durante años, e incluso son muy difíciles de cerrar algún día. Así como, que la batalla aérea, que ya no funcionó ni con el Reino Unido durante la II Guerra Mundial y eso que fue masiva y prolongada en el tiempo, no es tampoco una solución duradera.
Por otro lado, las guerras convencionales entre estados con sus fuerzas armadas en pleno uso de sus posibilidades, aunque exista una gran diferencia de capacidades militares entre ambos contendientes, a pesar de que ya se tengan adelantados potentes análisis de inteligencia sobre el enemigo, suelen necesitar largos periodos de tiempo para la planificación en detalle, el transporte, la acumulación de millones de toneladas de medios y material y el necesario adiestramiento de las fuerzas antes de entrar en combate en muy diferentes condiciones de terreno o climáticas; así como, el establecimiento de interminables cadenas logísticas para alimentar constantemente el campo de batalla, dadas la grandes exigencias y necesidades del combate y del combatiente moderno y no tanto[1]. Retrasos, que prolongan mucho el tiempo necesario y aumentan los costos de las campañas hasta cotas insospechadas.
Tratar de soslayar todos estos graves inconvenientes con cortas campañas aéreas de diverso tipo[2] sin la implicación de ningún tipo de fuerzas terrestres propias o amigas, resulta muy difícil aceptar que realmente produjera un efecto eficaz y suficiente. Anteriores experiencias en general y de todos los conflictos en la zona, en particular, han demostrado que sin botas sobre el terreno, los efectos son puramente cosméticos y de muy poca eficacia, duración punitiva o rentabilidad.
A todo esto, y para centrarnos en un hipotético enfrentamiento con Irán, se deben sumar otra serie de elementos provenientes de las capacidades desarrolladas, testadas y desplegadas por parte de fuerzas paramilitares iraníes de todo tipo, también conocidas como los “grupos terroristas afiliados” como son: las fuerzas especiales Quds y las bien entrenadas fuerzas militares de los Guardianes de la Revolución (ambas mucho más efectivas que el ejército regular iraní y con más de tres años de experiencia en combates reales, desplegados en Siria y actualmente hostigando a Israel en los Altos del Golán); las fuerzas paramilitares de los grupos terroristas de Hezbollah del Líbano o Hamas en Gaza (ambas en permanente evolución y perfeccionamiento en sus constantes y muy activas escaramuzas y ataques contra Israel en sus respectivas fronteras), las guerrillas chiíes pro iraníes Hutíes en Yemen[3] (muy activas últimamente contra Arabia Saudí y los petroleros internacionales en aguas de Ormuz); las milicias iraníes en Iraq (que se muestran cada vez más activas contra intereses de EEUU o de sus aliados en el Iraq[4]), la particularidad del territorio, la formación moral y el odio a los norteamericanos muy extendido entre la población iraní desde 1953[5].
Como consecuencia de todo lo anterior, no es difícil entender que un conflicto armado entre EEUU e Irán no sería corto ni de fácil solución por contar este último con un numeroso ejército (muy disciplinado aunque no muy bien dotado), ostentar Irán el dominio sobre su propio terreno y el Estrecho de Ormuz –fácilmente bloqueable y por donde transita un tercio de todo el petróleo del mundo-, dotado de una fuerte moral anti norteamericana y mantener amenazados a los propios norteamericanos y posiblemente a gran parte de sus aliados en la zona mediante los mencionados grupos terroristas afiliados propios o alimentados y entrenados por Irán.
Estos días, se viene hablando y mucho sobre la posibilidad de ataques selectivos o incluso generalizados por parte de EEUU sobre Irán a raíz de su negativa a cumplir los compromisos[6] derivados del Acuerdo sobre su Programa Nuclear[7] (abandonado por EEUU en mayo de 2018[8]) y tras el derribo por estos de un UAV norteamericano en misión de espionaje sobre su territorio nacional o muy cercano a él hace unos días[9]. Situaciones de tensión que finalmente no se abortaron y contuvieron, al menos de momento, por la cancelación por Trump in extremis de la primera misión de represalia sobre objetivos militares iraníes, alegando “cuestiones de tipo humanitario”[10].
Razones, que pueden quedar bien de cara a la galería o como un gesto más de la fanfarronería personal a la que nos tiene acostumbrado demasiado frecuentemente Trump. Sinceramente, creo que todo lo expuesto en este trabajo, acerca de los contras de una intervención militar sobre Irán, a la que, además, se opone frontalmente Putin y que no recibirá la bendición del CSNU tal y como se vio en su reunión específica del 25 de junio pasado[11] y por lo ya declarado por Rusia en función de su derecho de veto[12], son mucho mayores que todo lo aducido por el poderío mediático de la Casa Blanca o el propio presidente que ya parece haber entrado en la ñoña propaganda mucho más propia de una campaña electoral norteamericana.
Una vez más, Trum amaga, agita el saco de los ratones pero no actúa; situación que empieza a ser demasiado habitual, patética y sintomática de una forma de actuar de un líder mundial, que aparenta poner en peligro irresponsablemente la seguridad o la economía mundial; pero, como de costumbre, de pronto, cambia de actitud y hasta deja de actuar. Aunque, empiezo a pensar que lo que verdaderamente quiere conseguir, es atraer la atención, que el contrario se avenga a razones (frontera con México y otros casos más) y ser el único foco de atención en el mundo por unos días.
Las últimas noticias, revelan que, aparentemente, ya empieza su siguiente fase de retrancamiento o cambio de actitud o amenaza[13] con respecto a Irán, como hasta ahora en todos los grandes y graves conflictos que ha creado o producido con Rusia, México, Venezuela, Corea del Norte y demás. Igualmente, al parecer, también hay buenas noticias por las que las tensiones entre EEUU y China por los aranceles pueden estar a punto de ser aparcados y no va a llegar la sangre al río[14] o al menos, en tanta cantidad.
Veremos la Cumbre del G-20, que se celebra estos días en Japón, lo de sí que da para olvidar o crear nuevas rencillas, desconfianzas, amenazas o complots. Aunque, también puede que se convierta en el momento de los grandes trueques para apagar fuegos latentes, unos a cambio de otros.
De momento, y como cada vez que el presidente norteamericano se desplaza, lo hace llamando la atención[15] y amenazando a todo el que puede, preferentemente, entre sus aliados. Veremos, como sale España de Japón, ya que Sánchez es uno de sus favoritos a los que le gusta hacer temblar y en este año se ha ganado puntos suficientes para ello con aquello de la retirada de la Fragata[16] los criterios para imponer la tasa Google contra las recomendaciones de la UE y la cutrez de los gastos en defensa para la OTAN comprometidos ante él[17].
 Aunque creo firmemente que todo el mundo respira mejor sin que Trump vaya creando o husmeando conflictos, esperemos que esta forma de actuar suya no se convierta en el cuento aquel por el que de tanto anunciar que venía el lobo al poblado, la gente se cansó de tomárselo en serio y finalmente, un día el LOBO vino, y se los comió.  
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[1] General H. Norman Schwarzkopf. Autobiografía. Editorial Plaza y Janes (1993)
[2] https://www.elmundo.es/internacional/2019/06/26/5d13734bfdddff278d8b464a.html
[3] https://www.eldiario.es/theguardian/huties-luchan-coalicion-saudi-Yemen_0_838166883.html
[4] https://www.reuters.com/article/us-iran-gulf-security-germany/german-dutch-military-suspend-training-operations-in-iraq-amid-us-iran-tensions-idUSKCN1SL1DR
[5] Año en el que se dio el Golpe de estado en Irán, apoyado por EEUU para imponer al Shah Reza Pahlevi.
https://www.bbc.com/mundo/ultimas_noticias/2013/08/130820_ultnot_cia_iran_am
[6] https://www.abc.es/internacional/abci-iran-anunciara-breve-renuncia-compromisos-materia-nuclear-201905071714_noticia.html
[7] http://www.globalresearch.ca/el-acuerdo-alcanzado-en-viena-sobre-el-programa-nuclear-de-iran-perspectivas/5464128
[8] http://www.elmundo.es/internacional/2018/05/08/5af1df1c22601d78288b45be.html
[9] https://www.abc.es/internacional/abci-trump-sobre-posibles-represalias-eeuu-derribo-dron-iran-pronto-descubriran-201906201858_noticia.html
[10] https://elpais.com/internacional/2019/06/21/actualidad/1561099746_843251.html
[11] https://www.mundiario.com/articulo/politica/consejo-seguridad-onu-pide-cese-conflicto-ee-uu-iran/20190625072417156424.html
[12] https://mundo.sputniknews.com/defensa/201906261087775929-rusia-llama-no-usar-fuerza-respecto-iran/
[13] https://elpais.com/internacional/2019/06/25/actualidad/1561468174_172793.html
[14] https://elpais.com/internacional/2019/06/26/actualidad/1561552490_701525.html
[15] https://elpais.com/internacional/2019/06/27/actualidad/1561626252_194283.html
[16] https://www.abc.es/espana/abci-espana-retira-fragata-mendez-nunez-grupo-combate-eeuu-oriente-proximo-201905132337_noticia.html
[17] https://www.larazon.es/internacional/espana-segundo-pais-que-menos-gasta-en-defensa-de-la-otan-PK23922591